Rosa Godínez. Psicóloga clínica. Psicoanalista. CSMIJ Fundació Nou Barris
1-Introducción
Expongo a continuación la sesión clínica realizada, en el marco del Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil (CSMIJ) de la Fundació Nou Barris, en torno a un caso que, en mi opinión, pone en tensión dos dimensiones que conciernen al sujeto, lo social y lo psíquico.
Lo social es un término importante porque de él arranca la constitución del sujeto y las relaciones que él establece con el mundo. En consecuencia, atender la dimensión de lo social es tarea imprescindible en el tratamiento de los desórdenes y conflictos humanos. Jacques Donzelot en “La policía de las familias” sitúa lo social como un dominio híbrido que actúa sobre los demás sectores creando relaciones entre lo público y lo privado; lo judicial, lo administrativo y lo ordinario; la escuela y la familia1, entre otros. Jacques- Alain Miller aborda el concepto de (des)inserción social y se pregunta qué es lo social, señalando que es un término que vale para todo, que sirve de interfaz entre el lenguaje de las autoridades políticas y administrativas y el nuestro. Aunque al precio, dice, de un equívoco, en tanto para el discurso analítico no hay diferencia entre realidad psíquica y social, pues “la realidad psíquica es la realidad social”2. A la luz de esta orientación, podemos decir que el sujeto se sostiene según sea el vínculo con el Otro, un lazo cuya naturaleza es social.
Frente a la realidad social del momento actual nos preguntamos cómo intervenir sobre los padecimientos que hombres y mujeres traen a consulta, y sobre sus demandas comandadas por la urgencia y la exigencia de curación rápida. Nuestra respuesta no apunta a satisfacer la inmediatez. Más bien, la experiencia de la práctica clínica nos enseña el uso de un elemento valioso, y aún más en esta época: el tiempo. En un tiempo globalizado de rasgos de aceleración, instantaneidad, movilidad, etc… debemos consentir a un tiempo diferente, el tiempo particular del sujeto que permite la emergencia de lo subjetivo, de lo que insiste en el síntoma. Se trata de un tiempo que atañe tanto al sujeto que consulta como al profesional que le atiende, que abre la posibilidad de un trabajo subjetivo particular. Hablamos de un tiempo que permite un reenganche nuevo con el Otro, que llama a la invención particular de aquel que sufre los problemas derivados del lazo social.
Veremos a continuación en un ejemplo clínico cómo los problemas derivados del lazo en relación al Otro, dan cuenta de cómo el sujeto está excluido, en un sentido diferente al de la “exclusión social”, pues su exclusión particular parte de su lugar en el deseo del Otro.
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