La primera idea que se me ha ocurrido al terminar de leer este libro es que la familia es una construcción. No hay nada de lo natural y biológico en su constitución: un niño debe ser “acogido” por su familia, por los lazos y palabras que lo esperan antes de nacer, y en esto no hay nada que se realice de forma automática, no hay instinto; hay el deseo que lo trajo al mundo y lo preexistió.
Los acogimientos familiares, como medida ante el desamparo del niño, muestran en una forma más desnuda el trabajo que implica esta construcción: el del niño acogido, el de los acogedores, el de los profesionales que trabajan con ellos desde el sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.
Los autores de este libro, apoyados en su larga y rica trayectoria profesional, nos enseñan toda la complejidad que implica este proceso desde el diálogo que, en sus seis capítulos, se establece entre sus diferentes disciplinas y praxis: el psicoanálisis, la educación social, la psicología, la pedagogía y el trabajo social. El lector podrá encontrar preguntas en algunos textos que se ven respondidas en otros, como, por ejemplo, cuando Jordi Solé se pregunta
–entre otras cosas– sobre si es un éxito prevenir a toda costa una separación de la familia, siendo que, según opina el autor, la aceptación de la pluralidad de las formas de vida y los estilos educativos no exime la obligación de los padres, de proporcionar a los hijos protección y orientación. En este texto, se pone de relevancia la necesidad de los profesionales de hacer una aplicación crítica de los protocolos y de dotarse de modelos de trabajo que no se agoten en prácticas estandarizadas y que, al mismo tiempo, tengan en cuenta el caso por caso. El texto de Asun Pié, en esta misma línea, expone las consecuencias de propiciar un retorno a la familia de origen, de forma oculta y sin contar con el deseo del niño, mostrando así los efectos iatrogénicos que se pueden producir en la intervención social en los acogimientos, así como la necesidad de tener en cuenta la voz de los acogedores y, también, de los niños acogidos en una investigación que permita pensar y mejorar el sistema de protección.
Susana Brignoni y José R. Ubieto hacen un análisis sobre los nuevos roles familiares y el lugar del niño y la familia en la actualidad hipermoderna, con las consecuencias directas que este panorama tiene sobre los acogimientos. Ubieto propone un análisis de los tipos de acogimiento, en sus diferentes modalidades clínicas, ofreciendo una interesante casuística de los AFA y AFE (acogimientos en familia ajena y en familia extensa) que el texto de Brignoni ilustra a través de algunos ejemplos clínicos que muestran que no hay acogida posible si en ella no se produce cierta filiación de los síntomas del niño. Tener en cuenta, no solo los malentendidos –estructurales– sino los sobreentendidos familiares que apuntan a justificar el desencuentro entre los integrantes, es una brújula precisa para que los profesionales intervinientes en los acogimientos puedan orientarse.
Por otra parte, el texto de J. Solé y F. Frígola hace un recorrido al detalle de los diferentes pasos que se dan en relación con la protección a la infancia desde que se decreta el desamparo, incluyendo sus causas hasta la finalización del acogimiento, donde se evidencia todo el trabajo social y educativo que allí se realiza, ilustrándolo con algunos casos donde se muestra el trabajo profesional en una doble vertiente, la del control y la del apoyo-asesoramiento técnico a las familias.
En el texto de Berónika Gómez, se pone de manifiesto la necesidad de explorar la motivación del acogimiento, no desde una perspectiva psicológica que busque el “botón” que se podría apretar para que el individuo realice una acción concreta, sino la motivación inconsciente, que a veces se presentifica luego de los acogimientos, a través de la queja o de la búsqueda de los privilegios que intentan desmarcarse de la norma, siendo la aceptación de esta algo que facilita el proyecto común y la elaboración del duelo que implica las acogidas, por su particularidad temporal.
En resumen, este libro nos presenta una orientación muy precisa con relación a la praxis que implica el trabajo con las familias de acogida, y un análisis que permite comprender tanto los éxitos como los fracasos de estos proyectos, permitiendo la reflexión sobre nuestros marcos teóricos y prácticas profesionales. Un libro que no puede dejar indiferentes ni a los profesionales implicados en el tema ni a quienes sean ajenos al mismo.