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La problemática del Trastorno Mental Grave atraviesa este número de L’Interrogant. Y también ha sido el tema de la última Jornada de Debate de la Fundació Nou Barris -Formas clínicas del Trastorno Mental grave en la adolescencia- en octubre del 2005.
¿Por qué este tema es tan candente hoy? Porque es una problemática que genera inquietud en los distintos ámbitos en los que están presentes los niños y adolescentes con TMG. Los profesionales se preguntan: ¿Qué hacer? ¿Cómo dar respuesta a las manifestaciones que tienen lugar en estos sujetos?
Los artículos de este número son un desarrollo de posibles respuestas y muestran que no hay soluciones standard.
Por otra parte, este número ve la luz en el año en que se cumple el 150 aniversario del nacimiento de Sigmund Freud.
La conmemoración de esta fecha ha generado una interesante controversia sobre Freud y el psicoanálisis. Esta controversia nos ha llevado a incluir en el apartado Polémicas Contemporáneas dos entrevistas hechas a Freud, una en 1926 y otra en 1933. Lo que parecería paradojal -incluir entrevistas que tienen más de 70 años en un apartado que apela a lo contemporáneo- es más bien lo que nosotros consideramos central en la obra de Freud: la vigencia de su teorización sobre la vida psíquica..
Esta fecha, que ha posibilitado que en los medios resurgiera el debate sobre Freud y el psicoanálisis, es para L’Interrogant una oportunidad de rendir homenaje al creador del psicoanálisis, al investigador y al hombre que, en momentos muy oscuros de la humanidad, no retrocedió en su elaboración a pesar del rechazo que ésta generaba.
El psicoanálisis nos permite dar cuenta de los padecimientos de nuestra época. Al recorrer las páginas de este número observamos de qué modo la teoría psicoanalítica nos ofrece una orientación para abordar las más variadas patologías y los problemas derivados de una clínica compleja, como es la nuestra en el campo infanto-juvenil, no sólo por los múltiples interlocutores que intervienen, sino por la incidencia cada vez mayor de un discurso que promueve la abolición del sujeto.
Recordemos que Freud fue elaborando su teoría en un momento de la historia europea que desembocó en dos guerras mundiales.Vivió de cerca los efectos de la Primera Guerra Mundial y asistió, con el triunfo del nazismo, a la gestación de la Segunda. En este contexto, reformuló su teoría e introdujo uno de sus conceptos fundamentales: la pulsión de muerte.
Constatamos que nuestra época está marcada por la dificultad para regular el empuje de la pulsión de muerte, tanto en lo privado como en lo social. Vemos aparecer «nuevas epidemias»: anorexia, toxicomanía, ludopatía, agresividad inmotivada, acoso escolar, malos tratos, depresión, suicidio. En lo social, resurgen con una fuerza inédita los fanatismos religiosos, las guerras étnicas, el exterminio del otro diferente, el horror del ciudadano común frente a la posibilidad de sufrir ataques de distinto signo.
El psicoanálisis, confrontado a estos avatares de la humanidad, ha avanzado con los aportes de sus discípulos y de las nuevas generaciones de analistas que han releído a Freud a la luz de los nuevos descubrimientos de las ciencias humanas.
La teoría psicoanalítica es para nosotros un instrumento para abordar los excesos que conlleva la impulsión del ser humano hacia la destrucción. La idea de la cura por la palabra nos permite acercarnos a la subjetividad, por un lado, pero a la vez nos ayuda, a aquellos analistas que trabajamos en la red de salud mental, a crear espacios de interlocución en los cuales abordar las agudas problemáticas de nuestro tiempo.

Comité de redacción

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