Patricia Lombardi. Médica psiquiatra. Psicoanalista. CSMIJ de la Fundación Nou Barris
Preliminares
Hoy abordaremos, a través de un adolescente de 15 años que llamaré Ángel, un problema que no suele arribar a nuestra consulta de Salud Mental, me refiero al inicio de las adicciones en la pubertad. Que esta cuestión preocupa en lo social lo constatamos en los medios de comunicación o en las políticas que desde el Estado intentan como Sísifo que la enorme roca quede quieta.
Bien, me preguntaréis, si para vosotros es un convidado de piedra ¿para qué hablar de él? Por varios motivos que intentaré desplegar, pero teniendo en cuenta esta coyuntura -pubertad y consumo- que nos permite situar desde el inicio unas coordenadas que son potencialmente desestabilizadoras: el empuje pulsional de la pubertad y la respuesta subjetiva a ese forzamiento.
Señalo para comenzar algunas cuestiones que seguramente ya conocéis, pero que quiero igualmente puntualizar. En primer lugar, considerar que el consumo de tóxicos no define una estructura subjetiva, para el psicoanálisis se trata mas bien de un epifenómeno en el diagnóstico diferencial. Esto no implica desmerecer esa elección, la elección del consumo, sino que nos obliga a rizar el rizo para adecuar nuestra intervención. En ese sentido, me gustaría hacer una reflexión extensible, por ejemplo, a las unidades de ingreso de las cuales dependemos según la gravedad del caso. Sería importante no transformar lo que se presenta como compulsión al consumo en un tratamiento compulsivo de desintoxicación, porque no sabemos a priori qué lugar ocupa este fenómeno en el sujeto (volveré sobre esto en las notas del caso).
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