Graciela Esebbag. Psicóloga Clínica. Psicoanalista
Abrimos este apartado sobre los clásicos del psicoanálisis con Donald Winnicott, personaje creador que dentro del psicoanálisis ocupa un lugar original: por su situación histórica, por sus concepciones, por su obra y por haber mantenido su trabajo como pediatra simultáneamente con el de psicoanalista, trabajo clínico que impregna sus producciones y que las dota de una absoluta singularidad.
Apuntes biográficos
Nació en Plymouth, Inglaterra el 7 de abril de 1896, en el seno de una familia de clase media alta. Su padre era un próspero comerciante, interesado en la política, alcalde en varias oportunidades de su pueblo.
Donald Winnicott era el menor y el único varón de tres hermanos. El decía que creció con la seguridad de ser amado, rodeado de “muchas madres” ya que vivía con sus hermanas, su madre, una tía, su niñera y varias mucamas que se ocupaban de la casa.
Su padre, ocupado en sus negocios y en la política, no solía estar mucho con sus hijos, pero Winnicott recuerda las charlas que mantenía con él. Hace especial mención a una, donde le preguntó a su padre sobre contenidos de religión. Este le respondió que leyera la Biblia y que su interpretación podría ser libre, ya que no necesitaba pensar igual que él. ¿Quizá aquí nació algo de esta libertad de pensar que permitió luego a Winnicott ser independiente en su pensamiento psicoanalítico?
A raíz de un accidente, se interesó por la medicina y comenzó sus estudios pero debió hacer una pausa en la Universidad para servir como “médico” durante la Primera Guerra (1914-1918).
Después de la guerra se especializó en pediatría. En 1923 se orientó hacia el psicoanálisis sin dejar su trabajo como pediatra que mantuvo durante 40 años en el Paddington Green Children Hospital. Esta doble práctica lo proveyó de una inmensa experiencia clínica que le permitió teorizar acerca de la primera infancia, en especial de la relación entre la madre y el niño.
Comenzó su análisis con Strachey en 1923. En 1927 ingresó en la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Relataba, en relación a su dedicación al psicoanálisis, que en unas vacaciones leyó “El psicoanálisis de niños” de Melanie Klein y esto le despertó un profundo interés. Este interés por la obra de Klein le lleva, en 1935 a supervisar sus casos con ella. Melanie Klein reconoció su excelencia clínica al punto de elegirlo como analista de su hijo.
En 1935 fue aceptado como miembro de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Fue en el seno de esta Sociedad que, entre los años 1942 y 1944, se llevaron a cabo las Controversias. Así se llamó al espacio de debate creado para discutir las diferencias teóricas y clínicas entre Melanie Klein y Anna Freud.
Estas diferencias habían generado una fuerte división en el seno de la comunidad analítica británica. Esta división, paradójicamente, generó otro grupo, el Grupo Intermedio (Middle Group). Donald Winnicott formó parte de éste, cuyos miembros no aceptaban la obligatoriedad de sumarse en exclusiva a un grupo u otro.
Poco después de que Gran Bretaña entrara en la Segunda Guerra, aceptó el nombramiento de Psiquiatra Especialista, trabajando para la evacuación de niños en Oxfordshire. Se hizo responsable de aproximadamente 285 niños en cinco albergues distintos. Los niños habían sido evacuados de sus casas para protegerlos de los bombardeos de las ciudades. Visitaba a estos niños cada semana y trabajaba también con el personal a cargo. Mantuvo este puesto desde 1939 hasta 1946.
Fue, a lo largo de su vida, muy prolífico. Sus libros y artículos sobre psicoanálisis infantil, teoría psicoanalítica y sobre la intersección entre la pediatría y el psicoanálisis son muy conocidos. Pero un aspecto menos conocido fue su preocupación por los tratamientos físicos aplicados a los pacientes internados en los psiquiátricos: la terapia convulsiva (electroshock) y la lobotomía. Con una carta enviada al Lancet en 1943, plantea la necesidad de abrir un debate en la profesión médica sobre la conveniencia de estos métodos para el tratamiento de la enfermedad mental.
Mantiene abierto este debate hasta entrada la década de los 50, con la organización de un Simposio y la redacción de varios artículos que publica en revistas del campo médico.
Winnicott, a diferencia de la mayoría de sus colegas ingleses, no ignoró la doctrina lacaniana. Tuvo con Lacan una relación epistolar fluida, y se inspiró en la noción de estadio del espejo para escribir su artículo de 1967 titulado «El rol de espejo de la madre y la familia en el desarrollo del niño». Lacan, por su parte, habla del objeto transicional como precursor de su objeto a.
Fue elegido Presidente de la Sociedad Británica de Psicoanálisis de 1956 a 1959, primero y después de 1965 a 1968.
Murió en Londres en 1971.