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La extracción de la piedra de la locura, así se llaman dos cuadros que se encuentran en el Museo del Prado en las salas dedicadas a la pintura holandesa de los siglos XV y XVI. Uno es de Sanders Van Hemessen (1550-1555), el otro es de El Bosco (1500-1510). Cada uno de estos cuadros ha sido extensamente estudiado. Lo que se representa es una especie de intervención quirúrgica que se realizaba durante la Edad Media y que, según los testimonios escritos, consistía en una operación en la que se extraía una piedra que producía la necedad en el hombre. Los estudiosos no se ponen de acuerdo con respecto a la realidad de estas intervenciones medievales y hablan de alegorías de la estupidez y la credulidad humanas.

Pero la idea de que la locura estaba producida por una piedra o unos cálculos dentro del cráneo nos hace pensar en una ilusión recurrente de la humanidad: encontrar la localización de la locura en alguna parte del cerebro, dentro del cráneo. Una suerte de ubicación física que le permitiría al ser humano intervenir en lo material sobre ella, para así hacerla desaparecer, extirparla o adormecerla con medicamentos.

Nosotros partimos de la idea de que la locura, los desórdenes mentales (en sus diferentes nominaciones diagnósticas) tienen una causalidad psíquica. Esta teorización no descarta el uso de los medicamentos, sino que supone un uso particular. No se trata de negar el importante avance que han supuesto los medicamentos en el tratamiento de las afecciones mentales. Pero nuestra orientación implica un trabajo con los sujetos y no sólo con sus cerebros o con su química cerebral.

Uso de la medicación, uso de la palabra fue el título de la Jornada de Debate de la Fundació Nou Barris, donde discutimos cuál es la lógica que debe tener la medicación en el tratamiento.

En este número publicamos algunas de las ponencias que ese día tuvieron lugar, ponencias que reflejan el intenso trabajo crítico en torno a la idea de salud mental, al uso de la medicación y a las teorías que sostienen distintas lecturas de los fenómenos psíquicos.

Un repaso al índice de este número 13 muestra cómo la concepción de la psicosis, considerada como un fenómeno de lenguaje, permite diversos abordajes clínicos.

Junto al debate teórico sobre el uso de la medicación y el uso de la palabra, están aquellos artículos que dan a conocer cómo trabajan los distintos dispositivos de salud mental o de educación para tratar el sufrimiento psíquico de los sujetos.

L’Interrogant continúa en este número 13 con lo que es su razón de ser: mantener abierto el debate en una época donde existe un discurso dominante sobre el trabajo clínico en salud mental, junto a otros que simultáneamente investigan y trabajan. Cada artículo, así como su conjunto, ponen en evidencia la gran complejidad del sufrimiento humano.

Y es nuestro deseo dar también repercusión a quienes, con actos decididos, consiguen transmitir en ámbitos de decisión política esa complejidad de lo humano. Actos que tienen lugar incluso contrariando el poder de lo establecido por las empresas farmacéuticas. En Polémicas contemporáneas publicamos el alegato de Juan Pundik en la Comisión Europea contra la medicalización de la infancia.

Volviendo a los cuadros medievales, vemos que hay personajes que se repiten en ambos: el cirujano y el paciente, y, alrededor de estos personajes, vemos a hombres y mujeres que asisten al médico o curiosos que se congregan para ver qué ocurre. La representación del médico, con un embudo en la cabeza, es una crítica contra quienes creen estar en posesión del saber. Una leyenda que aparece escrita en el cuadro apunta al paciente: Meester snyt die Keye ras, myne name is lubbert das (“Maestro, extráigame la piedra, mi nombre es Lubber Das”). Lubber Das era un personaje satírico de la literatura holandesa que representaba la estupidez, la credulidad.

Cinco siglos después el cuadro sigue teniendo vigencia, su ironía aún nos sacude: persiste el impulso humano de simplificar las cuestiones más complejas y más desoladoras de la existencia.

La tendencia a la simplificación, a la generalización, el deseo mágico de encontrar soluciones fáciles y rápidas para problemas complejos nos habita a todos.

Junto a los múltiples escritos que encontrarán aquí, esperamos mantener abierto el deseo de saber sobre el malestar de aquellos sujetos que nos consultan.

Graciela Esebbag

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